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Carta abierta a la vida después del cáncer
Mente, cuerpo y espíritu positivo. El cáncer no define quién eres ni la vida que llevarás.

La vida cambia y uno cambia con ella… Ser diagnosticada con cáncer afecta tu estilo de vida y cambia tu manera de pensar, es una situación desafiante para cualquier persona sin importar tu edad o género, sin embargo, es importante mantener mente, cuerpo y espíritu positivos para que esa situación no apague tu espíritu.

Cuando recibí la noticia de que el cáncer habitaba en mi cuerpo, sentí que el mundo se paralizaba, quedé fría ante el doctor imaginándome los diferentes posibles escenarios “Esto debe de ser una broma” fueron las palabras que salieron de mi boca en ese preciso momento. Jamás había sentido algo tan angustiosamente real.

Sin embargo, sabía que no había tiempo que perder, no era hora de quejas o buscar respuestas a preguntas que no venían al caso, así que retomé mis fuerzas internas y acepté el tratamiento. Primero, me di cuenta que a esta travesía debía colocarle mucho empeño y buena actitud para salir adelante y no flaquear ante la depresión, ansiedad y miedo que encierra ser diagnosticada con cáncer.

Era hora de aprovechar la situación para realizar un cambio de vida y de manera genuina, el cáncer formaba parte de ella, pero no dejaría que me definiera como persona y cuando la tormenta pasó y salió el sol, noté que me dejó más de lo que me quitó.

Tener un entorno familiar que me apoyara al 100% fue clave para mi recuperación, me acompañaron en cada momento, haciéndome sentir amada, bella y completa; no obstante, otros factores internos y externos, contribuyeron a que el resultado de los tratamientos llegue a buen fin. Estos, son algunos de ellos:

Mente, cuerpo y espíritu fuertes: claves para una buena vida

Mente

Lo primordial que debes saber es cómo sacar lo mejor de ti mismo y empezar a sentir bienestar desde adentro, no hay que guardar sentimientos y emociones, hay que expresarlos para poder afrontarlos. Una buena actitud ante la posibilidad de sanar pronto es clave en el proceso de recuperación.

Cuerpo

Respecto a tu cuerpo, seguramente por pasar mucho tiempo en cama o con cansancio por los tratamientos oncológicos puede ser que pierdas algo de condición física y resistencia, no obstante, hay que intentar tener una vida activa realizando la cantidad de ejercicio que pueda tolerarse sin incomodidad.

Tomar descansos cuando se considere necesario en lo más acertado. Mantener una alimentación balanceada también será de ayuda para que el cuerpo y la mente ingieran todos los nutrientes que necesitan.

Espíritu

Se dice que las artes ancestrales como la meditación y el yoga nos ayudan a equilibrar nuestras emociones y incrementar la sensación de bienestar. Por ende, estas prácticas, aún sin ser un experto en la materia pueden contribuir a un proceso de sanación más ameno y llevadero.

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Por último, solemos afectarnos demasiado por los cambios que esta enfermedad y los tratamientos oncológicos puedan causar a nuestra apariencia (pérdida de peso, perdida de cabello, empalidecimiento, resequedad de la piel, entre otros) hasta llegar al punto de percibir un dejo de inseguridad que no nos permite llevar con normalidad nuestra cotidianidad.

Sin embargo, existen especialistas que se dedican a apoyar y ofrecer alternativas que contribuyen al bienestar de las pacientes. En Livit podrás encontrar todos los productos de estética y cosmética oncológica que necesites para sentirte bien contigo misma. ¡Sal y disfruta el momento! No dejes que el cáncer limite tus actividades y te desanime y no olvides: la mente, el cuerpo y el espíritu positivo son la clave.

La verdadera belleza viene desde el interior ¡Siéntete bella, segura y feliz!

LIVIT, ¡SIEMPRE CONTIGO!