0
$0
0
¿Los cambios físicos luego de superar el cáncer pueden afectar tu vida íntima?
Uno de los primeros temores que preocupan a las personas diagnosticadas con cáncer es: ¿Cómo va a tomar esto mi pareja?, ¿Qué será de nuestra intimidad? ¿Ahora cómo voy a conseguir pareja luego de esto?, aun así, el temor puede gestar mayor distanciamiento entre las parejas que la misma enfermedad y sus posibles secuelas.

Rechazo. Es el primer verbo que invade la mente de quien es diagnosticado con algún tipo de cáncer, pues teme ser aislado o abandonado por sus cambios emocionales, vitales y físicos. Es verdad, los cambios físicos luego de superar el cáncer pueden llegar a ser evidentes, sin embargo, no debes permitir que estos dirijan tu futuro.

Algunos de estos cambios se presentan por un periodo corto. Otros, llegan para quedarse de por vida tatuados en nuestro ser. Tememos a ser rechazados en nuestra cotidianidad por la pérdida de algún órgano, por una pronunciada cicatriz, por el persistente cansancio, por subir o bajar drásticamente de peso, entre otros.

Ahora bien, si esto preocupa en el ámbito social, ¡obviamente afecta la vida en la intimidad! O por lo menos, de eso nos convencemos cuando no tenemos la certeza de: ¿Qué pasará en un futuro no muy lejano con nuestra relación de pareja?, eso cuando la tenemos o, en dado caso de estar solteros nos preguntamos: ¿Cómo hallaremos una que acepte semejante cambio en nuestra integridad?

La frustración, la disminución de amor propio, la baja autoestima, el cansancio y el poco apetito sexual, son algunos de los primeros nubarrones que llegan a opacar una relación. Así las cosas, salir de esta precaria sensación cargada de temores solo depende de tu mente, no de los cambios en tu cuerpo.

Efectivamente, como en toda circunstancia de adversidad pueden presentarse cambios inesperados que alteren algunos aspectos de nuestra vida. En este blog queremos abordar un poco esas dudas, explorarlas, enfrentarlas y contarte las posibles soluciones, basados en la cartilla “Siga adelante” publicada por el National Cancer Institute y por supuesto en algunas experiencias personales.  

En pareja

Los cambios en la intimidad son inevitables, algunos por causa física (en caso de que el cáncer haya estado alojado en la zona genital) y otros por el impacto emocional en ambos individuos. Esta situación afecta a largo plazo en su mayoría a los hombres.

Los cambios emocionales son los que mayormente afectan la relación en pareja. Quien se vio afectado por este padecimiento, suele sumergirse en un bucle cargado de ansiedad, depresión y dudas frente a la posibilidad de rechazo o abandono por parte de su pareja.

Sorprendentemente, en cambio, su compañero o compañera sentimental suele estar durante y después del tratamiento oncológico con o sin cambios físicos luego de superar el cáncer.

Algunas de las preocupaciones o condiciones que se presentan y pueden afectar el ritmo de la pareja pueden ser:

Ansiedad ante el futuro de los encuentros íntimos:

El miedo a lastimar a la pareja en recuperación, la angustia de no poder responder sexualmente, el temor a cómo pueda reaccionar la pareja ante la desnudez, el dolor, el cansancio y algunas alteraciones físicas o emocionales causadas por el medicamento administrado durante el tratamiento, son factores que pueden detonar esa ansiedad.

Cambios en el desempeño sexual

En el caso de las mujeres ya sea por los efectos secundarios del tratamiento oncológico como la resequedad o perdida de sensibilidad en la zona íntima o porque el cáncer que se alojaba en la zona genital, sentir placer puede temporalmente ser imposible.

Otro factor podría ser la presencia de síntomas asociados a la menopausia. Algunas mujeres pierden el apetito sexual dados los sofocos, la rigidez o la resequedad vaginal.

Aun así, uno de los factores que más limitan los encuentros sexuales para la mujer, es el miedo a la reacción de su pareja frente a los cambios físicos.

En el caso de los hombres, es un poco más complejo. Si el cáncer afectó directamente su zona genital, probablemente su actividad sexual se verá afectada a permanentemente. En caso de presentarse en otra zona corporal, el tratamiento puede ocasionar baja potencia sexual o un orgasmo seco.

Otra situación que afecta psicológicamente ambas partes, en especial si se trata de una pareja joven, es la posibilidad de no poder engendrar. En algunos casos aislados, los tratamientos pueden causar esterilidad, pero, en su mayoría y dependiendo de los cuidados post tratamiento y el tiempo transcurrido, puede contemplarse la idea de tener hijos.

¿Hay solución entonces o mi pareja y yo debemos resignarnos?

En su mayoría y dependiendo de la reacción del cuerpo a las posibles soluciones, estos factores tienen solución. Estas son algunas de ellas:

Erección:

Existen medicamentos, dispositivos, asesoría médica profesional y hasta intervención quirúrgica que puede sopesar esta afección.

Resequedad vaginal:

Normalmente son más recurrentes estos síntomas cuando se está cerca de la edad de la menopausia, aunque, los medicamentos también producen esta reacción.

Para esto, existen diversos lubricantes a base de agua que podrán ser usados durante el acto sexual y facilitarán el sentir placer mutuamente. Los dilatadores vaginales o las cremas hormonales son otra opción previa al coito. Consulta a tu médico cuál es la mejor opción.

Debilidad Muscular:

Es un hecho. Nuestro cuerpo pierde fuerza y vitalidad, eso no excluye nuestra zona genital. Los ejercicios de Kegel tanto para hombres como para mujeres son una solución muy efectiva no solo para recuperar nuestra vida sexual si está afectada por este factor, pues también contribuyen a corregir otras falencias como la incontinencia. Incluye esta rutina en tu diario vivir.

Inseguridad y ansiedad:

Si llevando una vida relativamente normal solemos sentir ansiedad y nos enfrentamos a temores diariamente, imagínate ante algo que llegó repentinamente amenazando con cambiar nuestras vidas para siempre. Es normal. En este caso, acude a un especialista de la salud mental o un orientador sexual o un sexólogo. De preferencia, es ideal que tu pareja te acompañe en algunas sesiones. Por supuesto, da todo de tu parte para mantener una actitud optimista, sin esto, no hay tratamiento que funcione.  

Habla con tu pareja

A veces quisiéramos callar, no tocar el tema, ni siquiera compartirlo con nuestra pareja, ya sea por miedo al abandono o por no querer agobiarla con nuestro padecimiento. No obstante, la buena noticia es que, se presentan más separaciones por cualquier otro factor imaginable que por ser diagnosticado con cáncer.

Así las cosas, hablar con tu pareja es la primer recomendación que debes atender. Cuéntale cómo te sientes en cuanto a la actividad sexual y sobre lo que consideres o ya haya sido contemplado por un especialista, podría mejorar la intimidad. Eso sí, siempre hazlo en un tono ameno, paciente y comprensivo pues, aunque la enfermedad la lleve uno, la sexualidad es responsabilidad de los dos.

Durante la conversación no te culpes ni le culpes. Busquen el equilibrio que necesiten para mantener una actitud positiva ante la situación. Exploren sin tabú entre los dos qué herramientas propias o con tratamientos u artículos especiales pueden incluir en sus encuentros sexuales que aporten a optimizar el desempeño, internet es un libro abierto que puede aprovecharse. No olvides, cualquier decisión que tomen consultarla previamente con tu médico.

Te puede interesar: Compañía de seres queridos es clave en la salud emocional del paciente oncológico

En la soltería

Cuando se está solo, podría pensarse que es menor el grado de ansiedad. Sin embargo, suele ser más alto que el de quien tiene pareja pues, el futuro parece incierto y cuestionamientos como el cómo afectarán mis cambios físicos luego de superar el cáncer el salir con alguien, salen a la luz.

Enfrentarse a un futuro en el que podrías ser víctima de rechazo es una de las sensaciones que rodean nuestra mente. Preferimos aislarnos por un tiempo del mundo hasta que la presión social a veces, nos obliga a salir de la madriguera del temor y decidimos darnos la oportunidad de hacer nuestra vida junto a alguien.

¿Qué hacer entonces?

Aunque en ocasiones no es un paso fácil de dar, quizá tener en cuenta estos apuntes podría ser de ayuda:

–        Es prudente que te des un tiempo para ti. Recupera tu ímpetu tu autoestima (si lo perdiste), dedícale tiempo a tu recuperación física y emocional. Analiza la situación y siempre, desde una perspectiva positiva pregúntate: ¿Para qué me está preparando mi diagnóstico? Muchas veces, enfrentar choques de este nivel saca lo mejor de nosotros.

–        Dedícales tiempo a tus pasatiempos. Disfruta de los placeres de hacer lo que siempre has soñado o de aprender algo nuevo por más loco que parezca.

–        No permitas que el cáncer se convierta en la excusa perfecta para aislarte del mundo, menos para darte la oportunidad de conocer gente del sexo opuesto. Te sorprenderás de las grandes personas que puedes conocer.

–        No toques el tema en la primera cita. Si bien tenemos miedo a que, luego de generar algún vínculo emocional esta persona te rechace por tu padecimiento, lo mejor es compartirlo luego de un tiempo prudente de haber tomado algo de confianza.

–        Olvídate de las citas perfectas de película, eso no existe ni siquiera cuando gozas de entera salud. Así que no te asustes de que algo salga mal. Si te rechaza, ¡En hora buena!, te salvaste de tener a tu lado a una madeja de inseguridades. Tú sigue segura o seguro del gran partido que eres y no olvides que en la vida siempre nos vemos enfrentados a “rechazos” con o sin cáncer.

–        Un buen comienzo podría darse en los grupos de apoyo o de sobrevivientes. Allí podemos dar con seres increíbles que con su experiencia pueden incluso opacar nuestras angustias y porque no, podría encontrarse allí el amor.

Si tienes mascota esto de interesará: ¿Puedes convivir con tu mascota durante tu tratamiento oncológico?

¿Qué debo hacer para qué los cambios físicos luego de superar el cáncer no afecten mi vida íntima?

Todo está en la mente. ¿Habías escuchado esta frase antes? Pues sí, el cuerpo puede sentirse derrotado, pero tu mente puede levantarlo. Es importante que tanto tú como tu pareja fijen su atención en estos detalles:

  • Enfóquense en lo positivo: estás viva o vivo ¿No?, pueden seguir juntos.
  • Enorgullécete de tu cuerpo. ¡Él te ha transportado durante toda tu vida!
  • Desvíen la atención hacía otras parte de tu cuerpo. Si antes tu pareja gustaba de tus senos, pero perdiste uno, busquen entre los dos una nueva parte favorita. Seguro has de tener unos ojos bellísimos, unas esculturales piernas, amplias caderas, un buen derrier o unos seductores labios.
  • Explórense mutuamente. Incluso cuando gozamos de una sexualidad sin novedades, el acto sexual suele ser mecánico. Esta es una buena oportunidad para descubrir nuevas zonas erógenas, el sexo no solo puede disfrutarse con los órganos genitales.
  • Mente abierta. Sin irnos hacía lo místico, existen prácticas milenarias que, dedicándoles tiempo y estudio pueden ser puestas en marcha y suelen ser muy efectivas. El sexo tántrico por ejemplo sería un buen inicio, este incluso, contribuye a la sanación de padecimientos de salud.    

Domina tus emociones y sentimientos

Por último, pero no menos importante, busca la opción que te haga sentir más cómodo o cómoda, para alinear tus emociones. Optar por el yoga, la meditación, el psicoanálisis, la terapia psicológica, tener plantas o mascotas, la actividad física e incluso porque no, combinar varias de estas, puede aportar a tu equilibrio emocional pues, si está bajo, tu salud corporal se verá afectada indefinidamente.

Busca apoyo, en grupos, con profesionales, lee libros o mira películas sobre el tema, investiga y analiza historias de vida, toma lo que te sirva y aplícalo.

A cualquier individuo le preocupa más entablar una relación con alguien que no domine sus emociones. Como ves, todos los supuestos que encaminan a la pérdida o el fracaso en el ámbito sentimental, son tan solo infundidos por la mente humana y su costumbre de sobre pensar las cosas en exceso, más que de los cambios físicos luego de superar el cáncer. Todo depende más de la actitud con que tanto tú, como tu pareja asuman este nuevo reto. No te dejes dominar por el miedo y la desinformación.

¡Disfruta o disfruten de la segunda oportunidad que dio la vida!

Estamos contigo. Si necesitas hablar, llámanos. 313 296 0908