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Cómo cuidar tu piel ante un Tratamiento Oncológico
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Se compone de tres capas principales: epidermis, dermis y tejido subcutáneo. Su función principal es la de proteger los órganos internos, por eso la importancia de cuidarla ante cualquier exposición que la vulnere.

La piel ejerce muchas funciones importantes junto a sus órganos derivados como el cabello o las uñas. Siempre pensamos en ella desde una perspectiva estética, es decir, medimos desde su lozanía la belleza de un individuo. Aun así, esa no debe ser la única motivación que debes tener para cuidar tu piel durante un tratamiento oncológico.

Pero lejos de ser un órgano que se limita a lo estético, al maquillaje, al bronceo y al glamour, las funciones de la piel son:

  • Proteger: Actúa como una barrera para impedir que microorganismos patógenos, sustancias químicas, etc. entren en nuestro cuerpo.
  • Termorregular: Protege del calor y del frío, contribuyendo al control de la temperatura corporal.
  • Hidratar: Ayuda a mantener el nivel de hidratación en las capas más superficiales de la piel.
  • Interviene en el metabolismo: contribuye a la síntesis de vitamina D3
  • Permite la actividad Sensorial: Transmite dolor, presión, calor, frio, etc.
  • Interrelación: Recibe caricias, masajes, los cabellos se erizan, nos ponemos rojos, etc.

La capa más externa de la piel llamada capa cornea (o estrato corneo) hace parte de la epidermis. Por ser esta la que está altamente expuesta, obviamente es la primera en presentar algún deterioro o afectación.

 Esta capa cornea es de vital importancia ya que su función es proteger el cuerpo frente al medio ambiente y limitar la cantidad de agua que pierde la epidermis.

Las células de la capa cornea, se unen entre sí por medio de lípidos, que son vitales para mantener la piel sana. Esta capa, está formada por 20 filas de células llamadas células epidérmicas las cuales forman la barrera cutánea. Los niveles de agua en esta capa deben estar entre un 10 y un 15% de tal forma que, si estos niveles bajan, nuestra piel puede deshidratarse.

De acuerdo con lo anteriormente expuesto, si nuestra barrera cutánea se encuentra alterada, podrán aparecer problemas no sólo a nivel local (resequedad, picor, fisuras), sino también a distancia ya que el sistema inmune cutáneo trabaja en conexión con el resto del cuerpo. Así las cosas, podrán penetrar microorganismos a nuestro cuerpo, lo cual no es conveniente en este momento.

Toxicidad Cutánea De La Quimioterapia

La quimioterapia es uno de los tratamientos utilizado en el tratamiento del cáncer. Tu médico especialista, de acuerdo con tu diagnóstico, decide que tratamiento deberás iniciar, al cual tu cuerpo y tu mente deben acoplarse para lograr una pronta recuperación. 

Dicho tratamiento consiste en emplear diversos fármacos los cuales van a destruir células cancerígenas y reducir o eliminar completamente el tumor. Lo malo, desde el inicio te ves obligada a cuidar tu piel de manera intensa y especial.

Los medicamentos empleados tienen efectos secundarios en mayor o menor medida por que actúan en las células cancerígenas, pero también en las células sanas, generando así una toxicidad cutánea temporal y afectando cualquier célula de nuestro organismo (la piel, junto con sus anexos, son los órganos que se afectan con una mayor frecuencia).

Estas afectaciones, aunque no comprometen tu vida, si pueden provocar alteraciones en tu imagen, afectando la calidad de vida.

Recuerda que el confort, bienestar y calidad de vida, son relevantes en este proceso pues nos ayudan a mejorar la adherencia al tratamiento y por ende mayores posibilidades de lograr la recuperación total.

Queremos compartirte una serie de medidas para que puedas cuidar tu piel y seguir llevando su ritmo de vida lo más cercano a la normalidad.

El cuidado cutáneo deberá darse desde el momento mismo del diagnóstico y deberá continuar hasta el final del tratamiento.

Dediquemos un momento al día, exclusivamente, para destinarlo al cuidado de nuestra piel.

XEROSIS (PIEL SECA):

La xerosis es uno de los efectos secundarios que se presenta con más frecuencia en los pacientes oncológicos. Este fenómeno se intensifica cuando estamos recibiendo quimioterapia y/o radioterapia. La piel presenta síntomas cómo:

  • Agrietamiento
  • Sensación al tacto áspera
  • Tirante
  • Descamación
  • produce picor

¡A cuidar tu piel!

El tratamiento para cuidar tu piel, irá dirigido a aportar hidratación a la capa más superficial de la piel, así como evitar la pérdida de agua a través de esta. Sigue estos pasos y tu piel te lo agradecerá:

  • Debes continuar con tu higiene diaria. Es importante mantener limpia la piel.
  • No frotar la piel con esponjas, sino con toques suaves con la yema de los dedos.
  • Lava tu piel con Syndet dermolimpiador con pH similar al pH de la piel (5 a 5,5). El Syndet, es llamado jabón sin jabón. Son agentes limpiadores con un pH parecido al de la piel, por lo tanto, evita la alteración de la barrera cutánea.
  • Retira el contenido del jabón sin jabón, con abundante agua.
  • Posteriormente seca tu piel con toques suaves.
  • Con solo lavar el Syndet, no supone hidratación por sí misma. Por consiguiente, será necesaria la aplicación de productos hidratantes. Idealmente utiliza un Emoliente cutáneo. Hay una gran diferencia entre Cremas hidratantes y Emoliente cutáneo. Las hidratantes se utilizan para aportar agua a la piel y recobrar la humedad, pero las emolientes, tienen un plus de hidratación, por lo tanto, se recomiendan para las pieles con resequedad extrema. 
  • No dejes de hidratarte. La piel absorbe liquido tanto desde el exterior como del interior.
  • Utiliza ropa amplia, ojalá de algodón, ya que mejorará la transpiración.
  • Por último, con el tratamiento se presenta la perdida temporal de cabello. Generalmente, la opción más sabia para cuidar tu piel de la cabeza, es depilarla en su totalidad. Aunque cueste creerlo, la piel capilar suele ser más sensible por lo que, cubrirla tan solo con bloqueador solar no es suficiente. Por eso, utiliza turbantes oncológicos especializados, estos son elaborados con materiales naturales como la viscosa de bambú o algodón fino. Aparte, existen referencias que certifican contener filtro solar UV50.

Te sugerimos leer: Turbante oncológico. Elige el ideal

Afortunadamente, aunque podría decirse que los síntomas que tu piel enfrenta durante el tratamiento oncológico son inevitables, por suerte son tratables y reversibles. Si sigues estos cuantos consejos para cuidar tu piel e inviertes en productos especializados para la situación, verás como las afecciones de la piel pasarán casi que desapercibidas durante el tiempo que dure el tratamiento y posteriormente.

Esperamos haber podido despejarte dudas sobre este tema. ¡Hasta el próximo blog guerrera!

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LIVIT, ¡Siempre contigo!