La caída del cabello es un efecto secundario generado en muchos pacientes durante el tratamiento de quimioterapia. Cuando tenemos cabello, el cuero cabelludo es fuerte, pero cuando perdemos nuestro cabello nuestro cuero cabelludo pasa a ser muy sensible, ocasionando alergias, irritación, dolor, picor e hipersensibilidad, dado que no está preparado para la luz directa del sol ni para las bajas temperaturas. Hay que tener en cuenta, que, en su gran mayoría, la caída del cabello es reversible, y que comenzará a salir cabello, cuando finalicemos el tratamiento de quimioterapia. Sin embargo, el cuidado de este cuero cabelludo es indispensable. En Livit hacemos la analogía con la tierra de la matica. Si no cuidamos esa tierra, no la hidratamos lo suficiente, es muy difícil que la matica florezca. Eso mismo pasa con nuestro cuero cabelludo cuando no lo cuidamos e hidratamos.

Así que no es solamente, cubrir con un turbante cualquiera y listo. Hay que lavar e hidratar ese cuero cabelludo con productos especializados, libres de químicos, con el fin de no introducir a nuestro cuerpo mayor toxicidad. A su vez, debemos utilizar turbantes que cumplan con algunas especificaciones especiales, como: Textiles adecuados, sin costuras interiores, aireables, termorreguladores y con certificación de que los textiles no contienen sustancias tóxicas nocimas para nuestra piel.

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